Hablemos un
poco del vino, puesto es nuestro tema principal, haciendo un repaso por algunas
referencias a éste, en los escritos que rodean a Roncesvalles.
Allá, por
1140, un peregrino francés (Aymerico Picaud) escribió el "Liber Sancti
Jacobi". Con éste libro, se pretendió que las miradas fueran hacia
Santiago de Compostela en detrimento de las peregrinaciones hacia Roma o
Jerusalén, en tiempo de las Cruzadas.
El Liber
Sancti Jacobi, no sólo describe la ruta medieval, sino que también cuenta con
textos litúrgicos y religiosos.
Por
otro lado, contamos con el “Poema de Roncesvalles” o “Chanson de Roland”,
recogido en el códice “La Pretiosa”, ya del siglo XIII.
En
éste, podemos observar la referencia a nuestro preciado líquido, el vino;
puesto que, según cuenta, se ofrecían cinco comidas: carne, pan y vino diarias a todos los peregrinos sin
importar su origen ni clase social durante tres días.
Destaquemos la
frase, en la que vemos clara referencia al vino:
“Sin trigo, ni
vino, ni sidra, ni aceite, ni lana, ni lino: Hospitale rígitur Spíritu diuino.”
Cuatro siglos
después, en el siglo XVI: "La ración que ha de darse a cada peregrino es:
un pan de dieciséis onzas (400 grs.) , media pinta de vino (la pinta
casi equivale a ¾ de litro), buena pitanza de caldo y carne y, en los días
viernes, sábados, vigilias y Cuaresma, abadejo (bacalao) o sardinas,
huevos y leche y siempre ha de cerrarse la comida con suficiente ración de
queso."
En nuestra
próxima entrada, trataremos de sorprenderos con... ¡Será sorpresa!
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